lunes, 14 de noviembre de 2016

CLAROS DE LUNA LLENA

   Hoy lunes 14 de noviembre, noche de superluna, Nacho Mañó y Gisela Renes han estrenado en las redes sociales y en la radio su canción "Todavía", de su álbum "Tonada de luna llena", que se presentará el  próximo mes de enero. He tenido el placer de poderlo escuchar completo y haber conocido desde hace meses su contenido en varios recitales y encuentros. Estas son las emociones que me transmite.   Disfrutadlo cuando tengáis oportunidad. Un auténtico regalo para los sentidos.




Me gusta tomar baños de luna llena. Abrir las palmas de las manos hacia arriba, mirando la luna, para que su energía atreviese como clavos los caminos de agua y hierro que alimentan mis sueños. Son baños que dan luz a mi piel y brillo a mis ojos.

Sumergirme en la noche iluminada me hace sentirme dos veces vivo. La que disfruto aquí en la tierra. Y la existencia sideral que allá a lo lejos me ofrece el horizonte. Una distancia que me permite entrar en comunión con mis hermanos del universo. Mis deseos viajan hacia tierras que desconozco, convencido de que otros seres como yo están buscando, en ese mismo instante, a través de los rayos de luna, compartir sueños y alegrías, proyectos y emociones.

Me gusta tomar baños de luna llena porque la noche deja de estar sola.

Conozco a Gisela y Nacho desde hace años, desde que están juntos. Antes no sé muy bien qué fue de ellos. Para mí siempre estuvieron unidos. Disfruto de su compañía y cercanía. Nos reunimos para compartir sueños, para hacer fiesta con la emoción de la música y sus palabras. Por eso creo haber captado la intención de esta tonada de luna llena que ahora nos regalan a todos en forma de disco. Y a vosotros os lo quiero transmitir.

Después de haber creado un proyecto de vida compartido,  han descubierto que uno y otro también pueden ser su espejo complementario, para componer música, para construir palabras poéticas a ritmo con las armonías, para configurar un universo que nos incluya a todos, próximos y lejanos, familia de sangre y familia de ensueños, pampa argentina y brisa mediterránea.

El álbum que tenéis en vuestras manos os invita a realizar un viaje por sus biografías, y las de sus amigos con los que comparten melodías y experiencias. Creo que fue la música brasileña el espacio sonoro donde se descubrieron el uno al otro. Y a ella han vuelto, a veces con aires de bolero, otras con angustias y espantos, a menudo con lágrimas secas y lloros de agua, en ocasiones con sonrisas de hielo y dudas de hasta dónde llegará el amor.  

El retorno a Brasil ha sido un amoroso pretexto para ahondar en sus almas y poner música a unos mundos que siguen escondidos y protegidos. La luna me está mirando, yo no sé lo que me ve, yo tengo la ropa limpia, ayer tarde la lavé. Desnudos y limpios asistimos al espectáculo de lo más hondo. Cuando una hija os anuncia que os va a dejar. Ve recoge tu destino, aquí me quedo a esperar, seré paciente y consciente, cuando te quieras marchar…Y el tiempo en el rostro hará serpentinas con el viento, luceritos de cristal. Aunque sean pequeños, me bastan para iluminar los senderos de agua que me conducen por los claros de luna. También cuentas con la estrella de tu padre, más fugaz de lo que hubieras deseado. Este sí que se fue para no volver. Se fue dos veces: emigró de su país y salió del globo tierra. Cae la luz y aparece en el cielo la luz del sur… donde yo estoy volvería a elegirte mi norte, bailando contigo.

El camino de la búsqueda sigue, bien iluminado por los luceritos, guiado por la estrella del Sur. La vida que no viví, ahora que estás aquí, la voy a conjugar. Otra manera de seguir por la vereda. El libro, el viaje y el amigo que te espera… el simple aroma de la tierra me va llevando a ese lugar. El encuentro con el otro, con el peregrino cómplice en el camino de dudas. ¿Sabías que te busco en sus ojos, y te veo mirarme recorriendo mi piel?... La vida a tu lado como un largo viaje… Por ti comenzaría otra vez… sencillamente por oírte hablar del mar. La luna plena crea tantas dudas como certezas, pero sólo cabe seguir. La respuesta se encuentra en la brisa del mar, en el permanente retorno de las olas, que siempre vuelven para deshacerse con espumas en la orilla de la playa. Ya no duermo con las dudas, voy caminando al compás, no reescribo el argumento me dejo llevar…Deja que mi alma hoy te lleve a la distancia del ayer… Todavía es tu sombra vacía quien me abraza al dormir…acepta el amor.

Y así podemos llenar la noche de las mil sugerencias que transmite el nuevo disco de Gisela y Nacho. Diecisiete composiciones y un solo relato, con la participación de unos invitados muy especiales a esta explosión de creatividad musical.

Inmerso en estas sinuosas sugerencias me preparo a tomar mi futuro baño de luna llena. Una luna que ilumina más que el sol. Hasta las sombras puede convertir en certezas. Después de escuchar el disco, ya sé que los baños de luna plena me pondrán en contacto con otros corazones, vivos y ausentes, que han sentido lo mismo que yo. Con seres queridos que se despiden antes de tiempo y que, por fortuna, no se van. Con amores que cuando te besan te dicen hasta nunca. Con despedidas que se transforman en reencuentros. Con desamores, porque no hemos aprendido a amar y ser amados.


Claros de luna oscura. Claros de luna plena.

sábado, 7 de mayo de 2016

CRÓNICA DE UNAS CRÓNICAS AFORTUNADAS

El  pasado miércoles, 4 de mayo, celebramos los 40 años de la salida del diario El País al mercado informativo nacional. En ese número publiqué en las páginas de información de las autonomías una crónica titulada La oposición valenciana prepara tres congresos, después de haber estado trabajando cerca de un mes en los números cero. Estos ensayos nos sirvieron de ejercicio práctico a la red de corresponsales nacionales para integrarnos en los hábitos de trabajo de lo que iba a ser el diario independiente de la mañana. Pronto se convirtió en una plataforma informativa en la que todas las fuerzas políticas confiaron plenamente, y que garantizaba el asentamiento de la recuperada democracia. Rápido asumió la línea editorial y de contenidos que había puesto en práctica el semanario Triunfo durante los tiempos de censuras y cierres de publicaciones, lo que provocó a medio plazo que esta revista dejara de editarse. Ahora El País se define como periódico global y ha situado la información autonómica, excepto la catalana, en un plano secundario, después de cancelar y recortar drásticamente las inversiones realizadas en delegaciones y en ediciones locales durante largos años.

Cuando salió El País hacía tan solo poco más de cinco meses que Franco había muerto y muchos españoles estábamos embarcados en una transición política en la que deseábamos asentar fírmemente un nuevo sistema político de democracia parlamentaria, representada por un monarca Borbón, Juan Carlos I, al que el dictador le había encomendado seguir con su obra. Pero por fortuna no fue así, porque desde el primer momento el monarca comprendió que su representación sólo se legitimaría con el respaldo ciudadano expresado en una democracia real y representativa de todas las opiniones políticas. De modo que intentó ganarse su legitimidad por un acuerdo político y social y no por el dedo del dictador.

Vamos de 40 en 40, pues esas décadas son las que Franco consiguió mantener su dictadura, y otras tantas corresponden al tiempo en el que hemos desarrollado la democracia. Mi aportación al 40 aniversario del diario ha sido, por casualidad, el libro Crónicas de la transición valenciana 1972-1985, con el que acabo de finalizar una gira valenciana de promoción, en la que he tenido la oportunidad de compartir espacios y tribunas con amigos y especialistas muy cualificados, y con un público lector entrañable y elocuente, al que quiero dedicar esta crónica de balance y gratitud.

   
En el MUVIM de Valencia, donde actuó de anfitrión su director Rafael Company, el libro se presentó por primera vez en sociedad. Los ejemplares del expositor que puso la librera Lola se agotaron. El catedrático de historia de la economía y exconseller socialista, Joaquin Azagra, marcó el contrapunto generacional del locutor de la SER, Juan Magraner, que recordó la transición como el momento en el que su escuela de párvulos cambió el retrato de Franco por el de Juan Carlos. El presidente de ACICOM (Associació Ciutadania i Comunicació), José Ignacio Pastor, destacó algunas conclusiones informativas que sugiere la lectura del libro. Compañeros de profesión, políticos que ya no ejercen, profesionales cualificados, representantes sociales, estudiantes, compartieron con la mesa de presentadores puntos de vista polémicos. El abogado Alejandro Mañes, al finalizar la presentación del libro, creyó haber asistido a un debate del histórico programa de TVE, La clave, dirigido por José Luis Balbín


La libreria Argot de Castellón nos recibió con los brazos abiertos. Rodeados de estanterías ocupadas por numerosos libros y ediciones dedicados a la actualidad cultural de la provincia, pudimos hablar de periodismo, política, elecciones, partidos, medio ambiente, etcétera. Son los contenidos diversos que ofrece el libro, una pequeña muestra de las secciones que integran habitualmente las páginas de un periódico. Mano a mano, junto al escritor José Manuel Gonzalez de la Cuesta y el sociólogo Vicent Flor, editor de mi libro y nuevo responsable de la Institució Alfons el Magnànim, pude compartir un análisis de los pactos entre partidos que no se resuelven en la España de hoy como sucedió en los setenta, tanto en el terreno político como en el económico y sindical.


En la Fundació Caixa Vinaròs el libro entró por sorpresa, como una de esas creaciones artísticas que el compositor Carles Santos, natural de esta población, nos ofrece de vez en cuando. Su piano en silencio, con el que todos los días ensaya y practica, acompañó mis palabras y las del presidente de la entidad, Manuel Molinos, un empresario de la construcción que se preocupa por innovar la renovación de calles con materiales que puedan medir los índices de contaminación. La gerente de este centro cultural abierto en la Casa de Membrillera, Nati Romeu, organizó sin fallos la presentación, y la periodista Mariola Nos animó a participar al público que acude a su nueva librería.



La Universidad de Alicante nos acogió en la Seu que tiene en el centro de la ciudad, un bello edificio situado en la calle San Fernando. Su director Jorge Olcina, geógrafo especializado en climatología, se mostró agradecido por nuestra presencia. La trayectoria de los ponentes seleccionados no era para menos. El periodista Jose María Perea une en su biografía la experiencia informativa con la política de exdirigente comunista. El historiador Francisco Moreno Sáez es gran experto en el estudio e investigación de la transición en Alicante. Y Pere Miquel Campos, periodista de la desaparecida Radio 9, sabe ejercer de maestro experimentado en estas lides informativas y representativas.



El amigo Jaume Lloret, investigador de la historia del teatro popular valenciano, leyó una acertada crítica del libro ante los amigos de la Asociación cultural El Tumbao, en Alicante, que tuvieron la amabilidad de invitarme a hablar de mis crónicas de la transición. Leímos juntos las tres informaciones del libro que hablan del asesinato del militante del Movimiento Comunista, Miquel Grau, perpetrado por un joven de extrema derecha en la Plaza de los Luceros. Recuperamos de nuevo la memoria de aquellos hechos que tiñeron de luto la transición valenciana. Carmina Pacheco reunió a destacados testigos de aquel suceso político en el local donde estuvimos. Y las hermanas Reig Cruañes aportaron opiniones y valoraciones para entender aquella época de reformas y ruptura.



Celebramos el Día del Libro en el centro social de San Antonio de Benageber en un acto organizado por las Juventudes Socialistas. Promover el diálogo intergeneracional ha sido uno de los objetivos de esta gira promocional. La portavoz socialista municipal Marta Retamosa me dió el pie para opinar sobre el tiempo de los primeros pasos de la democracia y hablar de la encrucijada política actual, en la que los periódicos y la información están tan devaluados como los dirigentes políticos y sus partidos. La concejal de Cultura, Elisa Plano, compartió con nosotros entre numerosos vecinos el desarrollo de esta presentación.



Hace unos días la gira concluyó en la Fira del Llibre de Valéncia en el marco de un debate dedicado a la transición. A la invitación acudieron destacados dirigentes de la época: Vicent Garcés y Victor Fuentes, socialistas, y Dionísio Vacas, líder sindical de CC.OO, entre otros. En la mesa coordinada por Vicent Flor, estuvimos varios autores de libros dedicados al tema. Benito Sanz, profesor universitario y exdirigente socialista, aportó valiosos puntos de vista inspirados en su extensa bibliografía dedicada a la política valenciana de la transición. Joana Tormo y Guillem Llop nos recordaron la etapa preautonómica de cuatro años en los que fuimos oficialmente País Valencià y hablamos catalán. Por mi parte insistí en la cultura de pactos que se practicó en aquellos años: los partidos valencianos antes de aprobarse el estatuto de autonomía organizaron la vida pública formando ocho gobiernos diferentes, que acordaron y aplicaron todo tipo de pactos y exclusiones entre derecha, centro e izquierda.
Y hasta aquí esta crónica sobre la presentación en sociedad de unas crónicas afortunadas, pues me están devolviendo muchas satisfacciones después del esfuerzo y la preocupación que les dediqué cuando en mi primera etapa profesional las escribí para ser publicadas en el semanario Triunfo y en los primeros años del diario El País. Aquel fue un tiempo informativo en el que nos seguimos reconociendo muchos españoles que asistimos al espectáculo político de hoy con perplejidad.

sábado, 16 de enero de 2016

LA BURBUJA INMOBILIARIA TAMBIÉN PINCHA EN MIJARES

Hace unos años publiqué en este blog un entrañable viaje por la extensa masía de Mijares, situada en el interior de la provincia de Valencia, para evocar las andanzas y aventuras vitivinícolas que mis antepasados, bisabuelos, abuelos y padres, habían vivido idílicamente en este espacio comarcal situado entre los municipios de Yátova y Buñol. Las numerosas visitas que ha tenido el artículo me hace sospechar que mi texto ha sido promocionado por parte de la inmobiliaria propietaria actualmente de esta finca rural de 353 hectáreas para convencer a posibles inversores y compradores de adosados de la belleza natural que esta finca ha conseguido mantener casi virgen, desde que se constituyera patrimonialmente en 1874 gracias a la iniciativa de los hermanos Millás.
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España también ha llegado al valle del río Mijares, y por fortuna los rincones paisajísticos de mi memoria familiar continuan exactamente iguales que hace décadas, porque según las informaciones publicadas en prensa, los promotores de este asalto inmobiliario no presentaron el aval de 34 millones de euros a la Generalitat valenciana, institución que previamente había pactado con la SL Mijares Resort el desarrollo de una ATE (Actuación Territorial Estratégica). 
La bondad de esta operación comercial ofrecida a sus futuros usuarios como proyecto de desarrollo sostenible, motor de empleo y palanca de mejora del medio natural, al parecer se ha esfumado, no se si definitivamente, con la misma rapidez que los grandes proyectos del PP en Valencia (circuito urbano de Fórmula 1, visita del Papa, encuentro deportivo Valencia Summit etcétera) han pasado a mejor vida haciendo una larga parada en los tribunales para dirimir cuanto se robó y quienes fueron los ladrones. El cambio de signo político de las instituciones valencianas, al entrar una nueva mayoría progresista liderada por PSOE, Compromís y Podemos, hace pensar que por la ventanilla administrativa no van a tramitarse iniciativas de parecido perfil, que bajo la apariencia de desarrollo sostenible buscan transformar zonas verdes poco habitadas en espacios de especulación inmobiliaria y turismo selectivo.





Lo que inicialmente fue un PAI (Programa de actuación integrada) aprobado por el ayuntamiento de Yátova avalado por Mijares Resort SL, luego se transformó en el macroproyecto del que al aparecer ahora se ha desistido por falta de compradores, inversores y garantías de que se iba a llevar a cabo con el margen lucrativo que acompaña habitualmente a estas operaciones inmobiliarias. España cuenta con numerosos ejemplos de operaciones "resort", procedentes de unos años de gran especulación, promovidos en medio de la naturaleza, que ahora integran un parque inmobiliario de viviendas vacías y un triste escenario de desarrollos sostenibles inviables porque eran equivocados.
Da escalofrío recordar las cifras que vendieron los políticos valencianos, liderados por el expresidente de la Generalitat, el conservador Alberto Fabra, para convencer sobre la idoneidad de urbanizar el valle del río Mijares: inversión directa de 34 millones de euros, inversión indirecta de 70 millones, creación de entre 265 y 350 puestos de trabajo, actuaciones en 4 millones de metros cuadrados de monte y bosque, construcción de un campo de golf, de un hotel con balneario, de 571 adosados, de una hípica, de un centro de enoturismo... Toda una orquesta de elementos depredadores dispuestos a transformar unos recursos naturales en parque de atracciones donde hacer crecer los beneficios de una especulación insostenible. Si los hermanos Millás, Manuel y Vicente, levantaran la cabeza intentarían rápidamente regresar a su tumba ante tal espectáculo.
En el año 2007 un portal digital del mercado inmobiliario ofrecía en venta esta masía de Mijares por un precio de 2 millones 200 mil euros (más de 365 millones de pesetas). La descripción de la explotación agraria mantenía practicamente inalterables los datos y cifras publicados por el diario Las Provincias en 1883, con motivo de presentarse los vinos y licores de los Hermanos Millás en una exposición agrícola. Se vendía en 2007 una superficie total de 353 hectáreas (3.530.000 m2), distribuidos en 292 hectáreas de pino carrasco para madera (cada nueve años se hace un corte de árboles, en el último cayeron 10.581 pinos); 16 hectáreas estan ocupadas por 1.400 olivos, algunos con 17 años de antigüedad, con una producción anual estimada en 10.000 kg; 14 hectáreas estan dedicadas a viñedos, 1.440 cepas de variedades bobal para vino rosado y malseguera para vino tinto, con una antigüedad similar a la de los olivos y capacidad anual de 50.000 kg. La distribución se completaba con 12 hectáreas de huerta dedicada al cultivo de rosales y 18 hectáreas sin uso definido. Las hectáreas dedicadas a almendros, cereales y otros frutales recogidas por la información periodística de finales del XIX ahora habían desaparecido.
La referencia informativa del portal digital, escrita hace nueve años, daba otros detalles para justificar el alto precio de la venta, que, por cierto se indicaba "estamos dispuestos a rebajar algo". Esos complementos que incrementaban el valor inmobiliario eran la vivienda principal de tres plantas, a razón de 490 m2 por planta, con ocho habitaciones, un despacho, un gran salón, cocina grande, tres baños y amplios espacios diáfanos para múltiples usos. También se citaba el pozo de agua potable que tiene la masía con un caudal de 58 litros por segundo, una presa propia, la disponibilidad de un tramo del río Mijares para tomar el baño entre rocas, y la posibilidad de regular un coto privado de caza. Alrededor de la vivienda principal hay otra ocupada por los caseros, un edificio dedicado a guardar los apeos de labranza y tres viviendas dispuestas para alquilar. 
La finca disponía y dispone, según el portal inmobiliario, de una ermita reconocida como lugar de culto por el arzobispado. Precisamente esta capilla fue el escenario de una anécdota que relaciona Mijares con el fraudulento imperio económico de Ruiz Mateos. Durante 2004 esta explotación agraria estuvo unos meses en manos de los fundadores de Rumasa, que realizaron una visita acompañados por el patriarca Don José María. Este quedó encantado y pensó que era la Virgen María quien le había conducido a este rincón perdido del interior de Valencia, para encontrarse con un mapa de España en el que figuraban todas las advocaciones mariológicas que son objeto de culto en ciudades y pueblos del país. El mapa se encontraba enrollado y abandonado en la sacristía. Ruiz Mateos no pudo hacer sonar en su visita la campana de la capilla, pues anteriormente se colgó en la entrada de la masía para convocar a la comida a los jóvenes de la saga Millás que estaban jugando por los montes y el río.

Desde 1980 la finca de Mijares estuvo gestionada por un empresario vinculado con el grupo Finisterre de seguros, y aunque residía en Madrid procuraba pasar largas temporadas en su propiedad rural. Intentó mejorarla segregando más de 20 parcelas próximas al entorno del edificio central de la masía para construir casas de segunda residencia y destinar el beneficio económico de la venta a mejorar y relanzar la explotación agrícola. A su época corresponde la colocación de un curioso arco en la zona de baño del río con el lema de "Estamos en Masía Mijares. Feliz día", hecho que indica que intentó captar la atención de visitantes y nuevos residentes para paliar el aislamiento en el que vivían los ocupantes de la masía.
Durante la dictadura franquista Mijares atravesó un período gris y oscuro. Al morir mi abuelo Manuel Millás Sagreras en diciembre de 1941, sus hermanos y su viuda Salvadora decidieron venderla al conde Cevedos, que había mostrado interés por explotar la propiedad como coto de caza. No eran tiempos cómodos para aristócratas que buscaban refugiarse en escondidos parajes, los mismos donde maquis y perseguidos por la dictadura intentaban pasar desapercibidos y sobrevivían asaltando los corrales y las despensas de masías y fincas poco habitadas. El aislamiento y la inseguridad acentuaron el abandono de Mijares, que estuvo básicamente vigilado por el administrador del propietario, ya que vivía en la cercana población de Requena. Gracias a su permanente dedicación la finca no sufrió mayor deterioro, aunque en esas décadas nunca recuperó la actividad agrícola que había caracterizado sus orígenes.
Pues bien, he escrito este texto no sólo para contar la historia completa de una masia valenciana, sino también para animar a los actuales propietarios a que promuevan un buen hotel rural, un centro de enoturismo relacionado con la actividad comarcal, un espacio de rutas de senderismo y observación de la naturaleza, y que se olviden  de construir 571 adosados en medio de un desierto rural, porque esta actuación carece de sentido económico en un paraje que no demanda abrir un golf o una hípica para atender a un tipo de visitante que no existe ni existirá en esta zona. Y a los lectores de mi artículo escrito hace unos años les saludo de nuevo si es que han tenido el interés de leer la segunda parte del mismo, que hoy publico, donde he hablado de una operación inmobiliaria que pinchó como tantas otras iniciativas que intentaron ponerse en marcha en parajes rurales de España.